Y… sí, fui a ver dicha película…… Sin muchas expectativas debo decirlo; es más, cuando estaba ingresando a la sala del cine pensé: si está aburrida me cambio a ver “El rito”.
Pero para mí sorpresa debo confesar que, en apenas 5 minutos, quede enganchado con este documental sobre la vida e inicio de la carrera de Justin Bieber.
Este adolecente canadiense, de baja estatura, dueño de una sonrisa digna de una publicidad de crema dental, rostro aniñado y con un cabello que es el sueño de muchas mujeres, e incluso, me atrevería a decir que de unos tantos hombres también (risas); gusta más por su sencillez, carisma y humildad que por los atributos antes mencionado. Pero definitivamente lo que hace grande a este joven artista es su melodiosa voz.
El documental es ligero, las casi 2 horas que dura la cinta pasan inadvertidas, con un lenguaje que es de fácil comprensión para niños, jóvenes y adultos nos deja un mensaje claro: Persigue tus sueños, no te rindas, lucha, practica y trabaja en tus habilidades ó talentos y lo principal Nunca digas Nunca.
Y es que el éxito no se improvisa, Justin no es producto de una casualidad, es el justo premio a una vida dedicada a conseguirlo. Desde niño, practicando, participando y buscando una oportunidad que le permitiera saltar a la fama. Me atrevería a decir que la madre <oh! Las siempre sabias madres>, los amigos de ella, así como los abuelos, supieron encaminar el talento que tiene Bieber.
Al final de la película me queda la siguiente reflexión: “En esta vida uno tiene que tener la inocencia y ternura de un niño, amar y realizar las cosas con la pasión de un adolecente y; pensar y conducirse con la madurez de un adulto”; esto, a mi criterio, fue la fórmula del éxito de Justin Biibier.
¡Nunca digas nunca!, una película que no debes perderte.
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