martes, 31 de enero de 2012

CAMINANDO BAJO LA LLUVIA

Ayer, después de 2 años volví a caminar baja lo lluvia, lo extrañaba, lo necesitaba, mi espíritu lo reclamaba. Aun no lo logro comprender esa conexión casi mágica que tengo con el agua, siento que cada vez que tengo contacto con ella o simplemente al observarla calmadamente, me lleno de energía.

Recuerdo que desde niño, luego de joven, cuando tenía algún problema, solía ir al malecón a contemplar el majestuoso rio Guayas, al cabo de varias horas, la carga se había ido, pensaba con claridad y tenía las fuerzas necesarias para afrontar cualquier situación. Actualmente lo sigo haciendo aunque con menos frecuencia.

Ahora bien, si hay algo que me caracteriza es caminar bajo la lluvia, esa lluvia torrencial que casi te dificulta la visibilidad, tanto es así que en época de invierno salgo expresamente a caminar cuando llueve, tampoco desaprovecho cada vez que tengo la oportunidad de hacerlo, no importando como este vestido, lo hago y punto.
Al caer cada gota sobre mi cabeza y mi cuerpo, me energizo, me renuevo, las áreas secas en mi espíritu comienzan a reverdecer, a tener vida, un caudal de calma y paz me inunda.

Y es que al final esa es mi esencia, soy un niño, un niño grande, un niño que adora jugar con agua, que encuentra un enorme placer en la lluvia, el que es feliz caminando bajo una lluvia torrencial, que, lejos de tenerle miedo, encuentra en ella la paz y la energía que lo ayuda a seguir luchando en esta vida.

Tengan la seguridad que cuando este lloviendo estrepitosamente yo estaré caminando bajo esa lluvia, quizás en el malecón o simplemente por las calles de mi amada ciudad o en donde me encuentre.

Les invito a vivir esa bella experiencia…

CFC

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